El falafel es una popular "fast food" del Oriente Medio hecha de una mezcla de garbanzos (o habas), hierbas frescas y especias que se forman en pequeñas empanadas o bolas.
Se puede servir solo o con todas las guarniciones, incluyendo pan de pita, ensalada y salsas a base de tahini y sus varias cualidades pueden beneficiar su salud de varias maneras.
Para empezar, es una buena fuente de fibra y proteínas de origen vegetal, dos nutrientes que trabajan para ayudarte a mantenerte lleno durante más tiempo durante el día. Además, algunos dicen que incluso puede ayudar a mejorar el control glucémico y proteger contra la diabetes tipo 2.
Sus propiedades hacen que este plato sea popular en muchas culturas diferentes alrededor del mundo.
Orígenes del falafel
Como el nombre de "habas" en egipcio es "ful", la palabra "falafel" probablemente proviene de estas recetas mediterráneas originales.
Se cree que el primer falafel se sirvió en Alejandría, el principal puerto de Egipto y la ciudad con mayor concentración de tropas europeas. En contraste con muchas de las recetas populares que se sirven en los restaurantes de falafel de hoy, este primer falafel se hizo con habas.
Se desconoce el origen exacto del falafel. No podemos saber exactamente cuándo y quién creó este plato por primera vez. Pero hay muchas teorías populares. La mayoría está de acuerdo en que el falafel se desarrolló en Egipto.
Algunos dicen que su origen data de hace unos 1.000 años, a los coptos egipcios, que lo trajeron con ellos desde el Medio Oriente. Otros dicen que falafel vino de la India en el siglo VI.
Otras teorías dicen que la invención del falafel es en tiempos modernos, cuando el plato comenzó a aparecer en la literatura egipcia, justo después de la ocupación británica en 1882. Según esta teoría, los oficiales británicos disfrutaron de croquetas de verduras fritas cuando estaban en India y ordenaron a sus cocineros egipcios para preparar una versión con ingredientes locales.
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